Una semana de vinos tradicionales. {Privado // Tatsumi Oga}

Después de un largo viaje en barco, conseguí llegar a mi destino, Micqueot, la isla del vino. Era de día, por lo que la isla estaba tranquila, la gente paseaba por las calles, realizaba su trabajo, lo típico de la vida diaria, eso si, no se veía ningún niño por la calle, seguramente porque se encontraban en los colegios y tal, pero aún así resultaba extraño. Comencé a caminar por las calles de la isla, buscando un buen hotel en el que registrarme para pasar una semana de relax en esta pequeña isla, lo único que tenía claro en este preciso momento era el beber el vino que realizaban aquí, ya que según dice la gente, esta isla está bastante especializada en eso y era envidiable.

Al rato de haber llegado a la isla, pude ver a lo lejos lo que parecía ser una posada, y no muy lejos, una fábroca de vino, ambas construcciones hechas con tablones de madera bastante cuidada, y con un bonito aspecto a zona rural. Decidí acercarme a la posada para que me dieran una habitación y registré seis noches, que era lo que tenía previsto quedarme; asomándote por la terraza que tenía mi estancia, se podía contemplar un hermoso paisaje, enormes colinas de hierba fresca y bien cortada, con un pequeño bosque a lo lejos, bonito paisaje, pensé de nuevo.

Bajé al restaurante de la posada y pedí un meno para llevar, ya que solo pretendía estar allí para dormir, y ya que había pagado debía de hacer provecho de ello. Me dieron dos bocadillos, uno de tomate y jamón, y el otro de pechuga de pollo empanada con lechuga y mayonesa, ambos calentitos y con una pinta espléndida, también me dieron una botella de agua casi congelada para beber fresquito. Dando las gracias salí de allí comenzando el primer bocadillo y dirigiéndome a la fábrica de vino, en la que encontre a un tipo en la entrada que parecía pasar el rato, tenía el pelo de color marrón casi negro y casi mi misma altura.

-¿Crees que nos darán un poco de vino si se lo pedimos? - Le pregunté mientras me acercaba a su lado para ver la fábrica por dentro, ya que la puerta estaba abierta y era bastante grande, me paré delante observando su interior mientras daba otro nuevo muerdo a mi bocadillo de jamón con tomate y esperaba la respuesta del chico, ya fuese hablando o con un gesto.

Mientras observaba la fábrica desde afuera, el otro chaval se dirigió adentro con mucha cautela, seguramente querría robar vino, eso no estaba bien, era una fábrica y los empleados se ganaban la vida trabajando allí, si perdían mercancía seguramente también perderían parte de su paga mensual...

-¡Pero que haces! - Le susurré de una manera brusca, sonaba como un grito, pero en voz baja, intentando darle otra oportunidad para dejar la botella de vino que había cogido de una caja.

Si le pillaban le pondrían una multa y le quitarían el vino, tampoco quería eso, ya que era simplemente una botella, pero seguia estando mal... No tardé en darme cuenta de que el encargado de registrar y terminar de envalar las cajas en las que se depositaban las botellas se dirigía hacia donde se encontraba el chico, así que, que remedio, soy buena gente aunque no lo parezca, así que me dirigí al encargado con la intención de distraerlo mientras este saliera con la botella. No tenía pinta de ser siempre un ladrón, y seguramente se encontrara en esta isla por los mismos motivos que yo, el relax.

-Perdone señor, ¿podría decirme cuanto cuesta una de estas botellas? - Le pregunté al encargado, mientras este me respondía sobre el valor de la venta individual de cada botella, esperaba que el tipo de pelo gastaño saliera lo más rápido posible del lugar.

No tenía intención de comprar ningun tipo de vino, al menos de momento; me guardo el dinero para la noche, ya que según tengo entendido, cada cierto tiempo celebran una fiesta nocturna en la que ponen a prueba todos los tipos de vino de la zona en una especie de concurso por saber cual es el mejor del mes, y como no, tenía pensado apuntarme a juez de dicho concurso; con un amplia sonrisa después de haber recapacitado sobre mis siguientes actos, me despedí del encargado dándole las gracias, y salí de la fábrica caminanto tranquilamente, con las manos en los bolsillos, y con la cabeza echáda un poco hacia atrás, consiguiendo que los rayos del sol me acariciaran el rostro...

Al poco rato de salir de la fábrica, el tipo de pelo oscuro se dirigió hacia mi con la botella de vino que había cogido anteriormente en la fábrica, no dudó en darme las gracias mientras abría la botella y comenzaba a beber, en cierto sentido me daba envidia, había conseguido un vino de calidad y en parte fue gracias a mi, pero yo no lo tenía.

-No hay de que, pero no vuelvas a robar, no está bien... - Le comenté después de que tragara el sorbo que había tomado de la botella, después de eso, no dudo en ofrecerme, y convencido, acepté gratamente un pequeño trago de aquel vino, y al igual que parecía, estaba delicioso, se ve que el chico hizo una buena elección al escoger dicha botella.

Su nombre era Oga, o al menos, eso era lo que quería que creyera, así que sin ninguna referencia más, me decidí a llamarlo por ese nombre, y como no, devolverle la botella con una amplia sonrisa de satisfacción. -Yo soy Minato, encantado. - Le respondí a la vez que le estrechaba la mano y le sonreía de nuevo, pero esta vez de una forma simple, sin mostrar mis dientes.

No tardamos en comenzar a caminar juntos por los pequeños paseos que se encontraban en aquel monte hasta llegar a un punto bastante llano, seguramente sería un campo de cultivo en estado de barbecho, el caso era que Oga se paro bruscamente y se colocó delante mia con cara desafiante, proponiéndome un combate; sin darme tiempo a siquiera responderle con un gesto, el chico ya se había colocado en posición de lucha esperando que yo hiciera lo mismo, no me gustaba luchar, y menos en este preciso momento, había llegado a la isla para relajarme, no para pelear, tampoco iba a negarme, pero no me hacía mucha gracia, la gente hoy en día se diverte combatiendo, no lo veo muy normal...

-Sinceramente, por querer luchar no quiero, pero tampoco voy a negarme si me lo pides... - Le comenté al chico mientras me colocaba yo también en posición defensiva pero amenazante, esperando una respuesta, ya sea contestando o lanzándose hacia mi con intención de comenzar la pelea.

Si por algún motivo llegaba a terminar echo mixtos, la bronca por los tripulantes del barco que venían conmigo sería buena, aun que tampoco tenía porque pasar, ya que si Oga tenía el suficiente conocimiento como para decidir parar el combate si ve que lo llevo mal, no debería importarme pelear contra él, yo por mi parte, haría lo mismo... Adoptanto una sonrisa maliciosa e inclinando un poco la cabeza hacia delante, le hice un gesto con los dedos índice y corazón de la mano izquiera, indicándole que viniera a por mi y que no me daba miedo lo que pudiera suceder a continuación.

-Adelante...

Oga no tardó en reaccionar justo después de decirle que podía comenzar la pelea, me había resultado obvio que comenzara a tacarme al torso, pero en lugar de eso pegó un fuerte salto en el aire, era increíble, podía saltar a una altura que podía pasarme por encima sin dificultad, y teniendo en cuenta que yo era bastante alto, era todo un logro, al menos para una persona normal y corriente que anda por ahí robando vinos...

La intención el chaval era darme una patada en la cabeza, así que cuando alzó la pierna para intentar darme el golpe, puse el antebreazo como modo de bloqueo, basto que le rozase para caerse de cabeza al suelo, eso si que me había impresionado, le habría quedado bastante bonito conseguir arrearme tal golpe, pero había caído y por lo que parecía, le dolía la cabeza...

Se había caído por culpa del vino, ¿como alguien podía emborrachárse tan rápido? -Si te encuentras mal, descansa... Si quieres te acompaño a la enfermería o algo... Te habría quedado bastante bien el golpe de no ser por haberte caído de una manera tan... Bueno, de la manera en que te has caído. - Le comenté mientras comenazaba en mi interior una pequeña risita que poco a poco se expandía por mi cuerpo hasta salir al aire en modo de carcajada, espero que no le haya sentado mal que me riera de él, pero proponer una pelea sabiendo como le afecta a uno el alcohol, me resultaba bastante gracioso...