[Fic] Look, it's the circus monster...

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-¡Venga, fiera, a ver que puedes hacer!-gritó uno de los hombres, mientras otro me cogía del brazo y me tiraba con fuerza al centro del círculo que habían formado unos piratas.
-Sin tu tigre ya no eres tan peligrosa ¿eh?-rió otro. El rugido de Tora resonó en mis oídos, pero la risa de los piratas lo aplacó el un momento. Maldita sea... Miré a Tora, estaba encadenada y tenía a dos piratas custodiándola con espadas que la cortarían si intentaba hacer algo inapropiado. Ahora no podía darle ninguna orden, o simplemente sacarla de ahí.
Intenté coger la flauta que siempre estaba atada a mi pierna, pero un pirata se dio cuenta y, dándome una patada en la mano la tiró lejos de mi alcance.
-¿Qué pasa, nos tocarás una canción?-rió fuertemente el capitán. Éste era un hombre alto y de un cuerpo de gran tamaño, dejando a toda su tripulación en desventaja. Probablemente y debido a lo grande que era, sería el más fuerte. Tenía un desaliñado pelo oscuro y unos ojos que estaba semi ocultos en un gorro de negro de ala ancha. Si hubiera estado en una posición con más ventaja probablemente me habría reído de él. Vestía una gabardina roja con suaves decorados dorados en los bordes. No me gustaban sus pintas. Y la mirada que me dirigía tampoco.
Uno de los hombres me cogió las muñecas y las ató. Intenté levantarme al menos un poco y conseguí ponerme de rodillas, pero mi esfuerzo fue desbaratado de una patada en el estómago por el hombre que me había atado las muñecas. Me quedé inmóvil, propiciándole una mirada llena de odio al capitán de aquella odiosa tripulación.
Todo empezó por un simple descuido. Hacía ya tiempo que había conseguido infiltrarme en aquel barco, y Tora me había protegido desde que la liberé de las cadenas. Pero una noche, cuando pensé que todos estaban durmiendo salí a la cubierta a despejarme un poco. Estar siempre metida en un camarote se hacía algo agobiante a veces.
Mientras observaba el mar oí una exclamación a mi espalda, y próximamente un grito de alerta, despertando a la mayoría de los que estaban en el barco. Yo me había quedado inmóvil y Tora salió del camarote y atacó a unos cuantos, pero no fue suficiente. Creo que en ese momento la decepcioné. Paralizada por el miedo no fui capaz de moverme y en un momento ya me habían atado y a Tora la habían inmovilizado.
Después de eso, soy el juguete. No hacen más que sacarme a cubierta y pegarme una y otra vez. Creo que tengo algunos moratones en la espalda, pero no estoy segura.
Me habían quitado todas mis armas y no podía luchar... No podía defenderme sin armas, así que no sabía qué hacer.
-¿Por qué hacéis esto?-una joven voz se alzó entre las demás, devolviéndome a la realidad. Los hombres se giraron hacia un joven de pelo rubio y suaves ojos amarillentos, que me miraban con pena. En su hombro se posaba un pequeño pajarito que no me prestaba atención. Pensé que sería un pequeño tentempié para Tora. El chico llevaba un gorro de marinero y vestía de azul. Tenía pinta de marine... ¿Cómo le habían dejado subirse a ese barco?
-Oh, tú eres el nuevo.-lo identificó el capitán.-¿Cómo te llamabas, enano?
El tono de desprecio hacia uno de su propia tripulación... Sumamente despreciable. Quería cortarle en pedazos.
-Jack.-contestó el chico, mientras se adelantaba unos pasos entre la multitud.
-Bien, Jack... Esto no es más para que la chica aprenda el castigo. No tolero a los entrometidos ¿entiendes?
-Pero llevas haciendo esto desde hace dos semanas... ¿No crees que ya es suficiente? Mírala de una vez. Está destrozada.
-Observa su mirada.
Jack me miró, y le dirigí una mirada de odio. Él era quien me había descubierto en la cubierta.
-¿Ves que aún no es dócil?-el capitán se acercó hacia mi y me cogió de la barbilla.-Hasta que no seas una muñeca callada y que no oponga resistencia, no dejaré de torturarte.
-Tsk.-Jack chasqueó la lengua, y desapareció de nuevo entre la multitud.
Maldito crío... Él me había metido en esto y ahora no podía sacarme. No servía para nada.
El capitán me soltó y ordenó que me devolvieran al camarote. Los piratas me llevaron de vuelta y me ataron de nuevo, dejándome en el suelo, al lado de Tora. Al menos nos dejaban estar juntas en la misma habitación, aunque a distancia.
Me dejé caer suavemente hasta el suelo, y ahí tumbada, noté que mis fuerzas volvían a fallar. Llevaba pasando unos días, pero supongo que es normal. Me duele todo el cuerpo... Quiero que esto acabe pronto... Pero sé que no vendrá nadie a salvarme. Sin embargo, no sé cómo hacerlo. No sé cómo salir de esto. Mi cuerpo está demasiado debilitado como para poder hacer algo, y sin mis armas apenas puedo hacer algo porque no sé luchar cuerpo a cuerpo y muchos menos contra unos 20 hombres armados y más grandes y fuertes que yo.
El camarote es demasiado oscuro... Apenas si puedo ver a Tora, sólo oigo su respiración. Me siento muy cansada y dolorida...
No puse resistencia cuando mis ojos se quisieron cerrar, y enseguida me quedé dormida, a pesar de que era mediodía.

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