Hijo de la luna.

Aquella madrugada era sumamente tranquila dando incluso la sensación de que en el pueblo no existía otra alma con vida ademas de la mía.
Caminé entre los callejones con una paso normal, pues para mi era sumamente normal debido a que solía realizar patrullaje a horas similares a esta; mas esta vez no me encontraba totalmente de servicio y la razón por la que encontraba deambulando por el pueblo era simple gusto.

Mis pasos me llevaron hasta la plaza del pueblo.-Aire fresco.-Dije en voz alta mientras me estiraba ligeramente.-En verdad me hacia falta esto.-Exclamé realmente feliz.

Me acerqué hacia una par de cajas que se encontraba a lado de una casa. Tras darle una pequeña inspección llegué a la conclusión de que estas podrían soportar sin ningún problema mi peso, por lo que me siento sobre ella.-Por que nadie mas sabe apreciar de una noche tan hermosa como esta.-Comenté nuevamente.-Bah, creo que parezco un loco al estar hablando solo.-Comencé a reír ligeramente  mientras observa a la luna.-Dime... ¿A caso te parezco un loco?

Mientras el silencio inunde las calles de aquella triste ciudad, Gintsuki, seguirá tomando vidas al son que cante aquella sosegante melodía, porque ésta noche es especial, es noche de luna plateada.

Me encontraba delante de una vieja casa de ladrillos pintados y ventanas cerradas. Había oído que los rebeldes estaban planeando contra el gobierno justo en mis narices. Mal, ya tenía órdenes de acabar con todos ellos ahora. El gobierno se entera de manera muy eficaz lo que ocurre a sus espaldas. Golpee la puerta tres veces.

Las bisagras despidieron un estremecedor chillido mientras la entrada se abría levemente y de un rápido corte vertical la puerta se partió en dos como si de un madero viejo se tratara. Siete hombres alrededor de la mesa circular donde planeaban su cometido se pusieron de pie al instante que trivial espectáculo se hacía presente. - Vine a acabar con sus vidas...- dije al ingresar a la habitación mientras una brisa helada se colaba entre las cornisas. Mi rostro oculto bajo mi túnica denotaban mi inexpresiva apariencia. -Estas de coña, tío!! - gritó uno de ellos mientras disparaba como endemoniado a mi rostro. De sutiles movimientos, avancé evadiendo uno por uno sus balas. Kamie, era una técnica conocida en el Rokushiki. El hombre quedó paralizado al observar como sus disparos no servían de nada, le rebané el cuello y éste, retorciéndose del dolor,  bañó el cuarto de un bello tono carmesí. Trataron de escapar, pero era tarde...


Mis pasos eran tranquilos, caminaba de un lugar a otro con una apariencia algo funesta y tal vez con el aroma a muerte impregnada en mis ropajes. Alcé la mirada al cielo, era una bella noche. Seguí mi camino.
- Dime... Acaso te parezco un loco? -
-Para nada...- le respondí al joven marine mientras permanecía recostado allí a su lado. Mis oscuras túnicas se escondían entre el lúgubre manto de las sombras, no se podía reconocer mi rostro. - Es una bella noche, no crees?- terminé de decir alzando levemente mi rostro al cielo descubriendo una pequeña parte de mi pálida piel reflejada por la luna.

Al momento en que mi ultima pregunta fue contestada no pude evitar sorprenderme. Sin dejar de mirar a la luna continué.-Esta es la primera vez que me respondes, me hubiera gustado que hablaras conmigo desde tiempo atrás, pero agradezco el que por fin me dirijas la palabra.-La voz que creía era la luna notó la belleza de la noche.-Todas la noches en las que tu presencia se haga presente son hermosas.

Un extraña sensación de ya no encontrarme solo comenzó a llenar todo mi ser; al mirar lentamente hacia uno de mis lados pude ver a otra persona. Por unos momentos permanecí en silencio mirándolo fijamente.+En que momento fue esta persona logró colocarse tan cerca de mio, de echo no logré percatarme de su presencia hasta que fue demasiado tarde y ademas esta no es un horario normal... por lo que solo queda una opción.

Un pequeño grito se me escapa, al momento que me arrojo al suelo.-E e eres un fan-fantasma.-Dije mientras permanecía en suelo.

Intentó recuperar mi compostura y lentamente me pongo de pie.-Lo siento mucho, es solo que me sorprendiste bastante, espero no haberte ofendido.-Termino de limpiar la tierra de mi uniforme de recluta.-Dígame, puedo ayudarlo a descansar en paz señor Fantasma-Sonrió ligeramente.

Me quedé pensando ante su temblorosa pregunta, era un fantasma? -Quien sabe...- dije por un momento. La verdad es que si fuera un espectro por lo menos habría podido salir ileso del tiroteo, pero ese, no era el caso. Una de las balas de aquel hombre había rozado mi hombro derecho y si, me había hecho bastante daño.

Así que luego de cerrar la herida y detener el sangrado, me encontraba descansando al lado de un joven marine que, a juzgar por sus diálogos, pretendía ligarse a la luna... Vaya hombre que estaba hecho, enfadaría Gintsuki.

-Dígame, puedo ayudarlo a descansar en paz señor Fantasma- dijo el joven marine. Enserio deseaba morir tan rápido? Ahora también pretendía a cabrearme a mí. -Descansar en paz?- murmuré apenas mientras mi visión se perdía, tal vez, en los confines de la tierra. Descansar en paz... Vaya estupidez. -Te estas ofreciendo a terminar con mi vida?-dije un poco extrañado. Menuda suerte la que tengo, me bañaría de sangre dos veces esta noche.


-Traigan refuerzos. Ese demonio se encuentra en esta isla. Ha asesinado a los lideres del grupo y robado... Venid de una v...!- Sus heladas manos sueltan el den den mushi que sostenía, al instante que los vasos estallan en su interior, había perdido ya mucha sangre. Una muerte impecable, aneurisma cardíaco.

Allí tirados en el piso de la habitación se encuentran los siete hombres lideres del nuevo atentado contra el gobierno que trataban sus planes en la clandestinidad, sin embargo, fueron descubiertos... Los refuerzos se acercan.

-¿He?-No pude evitar inclinar ligeramente mi cabeza hacia un lado.-Pero, no se supone que usted al ser un fantasma ya esta muerto.-Intenté mirar su rostro, pero sus prendas hacían esto imposible; al momento que desvió su mirada pude notar lo pálido de su piel.+¿En verdad será un fantasma?

No estaba seguro sobre que debería pensar sobre esta persona, había algo que me provocaba un ligero escalofrió al internar mirarlo por un largo tiempo, pero el aspecto mas preocupante era el aroma que desprendía...-Sangre.-Susurré. Ese inconfundible aroma podía ser apreciado fácilmente.+¿Un espíritu de venganza?, no, creo recordar a alguien cuya descripción es parecida a la de este persona.+

Realmente esperaba estar equivocado con mis sospechas, pues si esta persona resultaba ser a quien tenía en mente, me encontraría en un muy grabe problema.

-Disculpe señor fantasma-Comenté intentando recurar su atención.- ¿Podría preguntar cual es el motivo de su aparición en este lugar.?

Tenía el presentimiento de que algo pasaría dentro de poco.

-Te equivocas joven marine, no soy más que un humano común y corriente...- expresé con cierto sensatez, pues en mis palabras no se hallaba más que pura y cruda realidad. -No tengo tal dicha de ser solamente un alma en pena.- Y así era. Si tal vez fuera sencillo permanecer en un cuerpo astral, si tal vez lo fuera... Tal vez no me hallaría ahora bañado en sangre y despidiendo tan tenebroso olor de mis prendas.

Era cierto, odiaba la idea de seguir fielmente la ordenes de la misma organización que destruyó mi isla, y, odiaba aún más el derramar el tan escarlata brebaje de vida, cobrar vidas por otros fingiendo que son la justicia era inescrupuloso... Sin embargo, todo era necesario para alcanzar mi objetivo. No me importaba si asesinar al joven marine de mi costado me traería tal placer, de ser así, en estos momentos estaría tirado en el suelo con un charco de sangre fluyendo, como cual río fuese, de su cuerpo.

-Disculpe señor fantasma. ¿Podría preguntar cual es el motivo de su aparición en este lugar.? dijo el muchacho con un leve tono para, de alguna forma, atraer mi atención. Y evidentemente lo había hecho. Permanecí en silencio por un momento indagando su pregunta, pues, no podía decirle mucho y el "Asesiné a un grupo de terroristas y luego me dispuse a sentarme a vuestro lado solo por simple capricho" no sonaba muy convincente y menos creíble.
-Le tienes miedo a la muerte?...- le pregunté con el típico rostro perdido y un tanto siniestro mientras observaba fijamente a la luna, estaba dicho, lo mejor sería cambiarle de tema. Y que mejor tema que uno de mis pasatiempos favoritos, de eso se suele hablar no?

Un pequeño suspiro de alivio se me escapó.-Jajaja, no sabe el susto que me ha dado,pues en verdad creí que era un fantasma... sin ofender.-Mis palabras eran ciertas, pero ahora una nueva preocupación emergió.
Si esta persona no era un fantasma eso quería decir que el aroma a sangre era real, pero ¿Acaso era su propia sangre o la de alguien más?. No podría saberlo si no veía su cuerpo y eso no precia ser una opción.+Lo mejor que puedo hacer es esperar y ver como es que las cosas terminan+

Sin previo aviso el joven realizó una pregunta que me regresó a la realidad-Bueno... yo...-Esa era una pregunta que no pude ver venir y por lo tanto no estaba preparado para contestarla.-Ese es un tema bastante complicado.-Una pequeña expresión de incomodidad se podía ver en mi rostro, mientras que con mi mano removía el cabello de mi nuca que no se encontraba cubierto por la gorra.-Sin embargo no tengo problema en contestar.-Mi expresión nuevamente regresó a la habitual.-Me temo que si, efectivamente tengo miedo de la muerte.-Conteste con una sonrisa y antes de que él pudiera contestar continué.-Pero no me mal entiendas,no le temo a mi propia muerte, no, es la de las demás personas, las que me acompañan, esas son las muertes que me aterran, pues la muerte es la única enemiga a la que jamás vencería por más que me esforzara.

-Es muy noble, joven marine... Sin embargo, me temo que es incorrecto...- dije mientras de un leve movimiento, mi rostro se perdía, de nuevo, en la oscuridad de mis prendas. Era algo nostálgico si se trataba de personas que amabas. Tal vez la certeza encaminaba por ahí, después de todo, el dolor de la muerte ajena es profunda, pero a la vez vacía. Y la sangre recorriendo mis túnicas clamaban como evidencia. Un dolor vacío se hacía perenne en mis pensamientos...

Es acaso, el no poder recordarlo asesinar a alguien? Puede un humano común y corriente desencadenar tal masacre tan solo con olvidarlo todo y a cada uno de ellos? Quien sabe. La muerte seguía siendo vasta e inexplicable, por mucho que los pensamientos rondaran alrededor de ella nunca conseguirías una respuesta correcta...

Fue entonces, de un ensordecedor silbido en mi oído derecho, que "ella", de la que tanto hablábamos, se hizo presente. Una gota de sangre resbaló por mi rostro hasta perderse con el vacío aroma a muerte de mis ropajes, ya era obvio, habían llegado como cual disparo en la cabeza fuese, que, por cierto habían fallado.

Un numeroso grupo de 10 personas esperaban delante de nosotros, para, con un rápido movimiento de mano, abrieran fuego y una lluvia de balas se vislumbró en el horizonte, los revolucionarios... -Los conoces? Son ellos quienes sueñan con el mundo perfecto y no le temen a la muerte si se ve cumplido su propósito... Un claro ejemplo... Crees que esté bien? Vale más un sueño que tu vida propia?- Dije, mientras, entre pasos perdidos me acercaba hacía ellos. -Zero, El Espectro Errante, agente del gobierno, como osáis a manchar tu espada con la sangre de nuestros camaradas!!- dijo un valiente mientras comenzaba con el disparo. Una bala, a veces, es seguida por una lluvia de ellas, y, así era.

-Kamie...- pronuncie casi como suspiro al son con el que desenvainaba a Gintsuki, la del filo blanco, y me movía de un lado a otro esquivando las balas con destreza y al cantar de Gintsuki pidiendo el color carmesí impregnado en su hoja. Sin embargo, el impacto de una bala entumeció mi brazo. El dolor se volvía a hacer presente y un par de balas más golpearon mi cuerpo, no me detuve.-No sirve de nada si no temes a la muerte... Como puedes salvar a alguien si no estas vivo? Como puedes cumplir tu sueño si no vives?... - Dije con gran esfuerzo mientras continué avanzando manteniendo el ritmo y con la fuerza desbordante de mis heridas rompí su formación y me dispuse a atacar. -Moriré el día que vea cumplir mi sueño y no me importa si deba desafiar a la muerte para obtenerla. Pues, quienes desprecian y anteponen su vida propia no merecen tenerla-

-Pensé que estaría en lo correcto.-Contesté un poco decepcionado mientras miraba al joven. Este pareció comenzar a reflexionar acerca del tema, o al menos eso es lo que parecía, también estaba la opción de que solo me estuviera ignorando a causa de mi respuesta errónea.

Durante unos cuantos minutos el silencio retomó su dominio, pues ninguno de los 2 realizó al tipo de sonido.-Creo...-Un pequeño sonido captó mi atención, pero no le di demasiada importancia.-Creo que ya viene siendo hora que me despida, espero que...-El sonido de un bala pasando cerca de nuestra posición me obligó a desenvainar mi espada por puro instinto. En cuanto giré para poder tratar de ver de donde había surgido el disparo, grande fue mi sorpresa al ver 10 persona armadas, las cuales no dudaron ni un segundo en disparar de nuevo. Al arrojarme hacia uno mis costados logré esquivar algún impacto letal, pero uno de los proyectiles causó un corte en mi brazo izquierdo.

Por lo que el joven mencionó, esa personas eran revolucionarios.+¡¿Por que demonios habían revolucionarios en este lugar!? ¿Acaso tenía que ver con la extraña actitud del Capitán?.

El joven se movía calmada-mente mientras esquivaba las balas enemigas.-¡Hey, no te arriesgues tanto o terminaras herido!-Era tarde para advertir, pues habían logrado impactarle, más esto no lo detuvo y continuo avanzando hasta lograr romper su formación.

Me incorporo rápidamente y desenvaino mi segunda espada.-Surappu joō- El aura azul comenzó a cubrir ambas hojas y antes de que estas terminaran de cubrir las armas por completo comencé a correr en dirección del enemigo. La espada de mi mano izquierda estaba lista, por lo que realizo un corte al aire de manera horizontal causando que el aura se desprenda del arma y esta comience a viajar en forma de media luna hacia uno de los enemigos que se encontraba mirando al joven, intentando que esta impactar en su pecho. Mientras que con el arma derecha me dispondría a atacar al primer revolucionario con el que me topara frente a frente.