Una noche fría y solitaria [Priv. Hibari Kyoka]

Maldita sea... Hoy iban a estar de fiesta. Toda la tripulación de fiesta. Esto iba a resultar bastante molesto ya que estarían en la cubierta todo el rato.
Me tumbé en el suelo al lado de mi fiel compañera animal ; Tora. La enorme tigresa blanca me aportaba un poco de calor en una noche tan fría como aquella.
No iba a salir del cuarto de la enorme tigresa en toda la noche, y eso que me encantaba disfrutar del aire fresco. Pero a saber si me iban a tirar al agua congelada... Si estaban borrachos iba a ser algo bastante peor...
No quise ni imaginarlo por lo que cerré los ojos un momento para posteriormente escuchar los fuertes cánticos que recitaban a pleno pulmón desde fuera. Suspiré. Me gustaría tener una tripulación con la que sentirme a gusto. Al fin y al cabo, para eso era una tripulación pirata ¿no? Para embarcarse en una aventura con amigos. Pero yo jamás había conocido a nadie a quien se le pudiera otorgar el título de amigo. Bueno, excepto a los animales.
Acaricié a Tora mientras continuaba en mis pensamientos. Los animales eran los únicos que no me rechazaban o intentaban usarme para sus propios fines. O si lo hacían eran porque los habían domesticado para que hicieran eso.

Un golpe me alertó e hizo que me pusiera en pie. Tora se irguió y se colocó delante mía, de forma protectora. Me agaché para quedar cubierta por ella, y como la habitación estaba a oscuras era muy poco probable que notaran mi presencia.
Uno de los piratas se acercó y dejó algo de carne y agua al lado de la puerta. Llevaba una botella de vino en la mano así que supuse que estaría medio borracho. Salió corriendo al oír el gruñido feroz de la tigresa.
Me acerqué lentamente a la puerta y la cerré sin hacer ruido, ya que el pirata la había dejado entreabierta.

-Bien... No deberían molestarnos más.-le dije a la tigresa, con una sonrisa.-Puedes relajarte.
Tora se tumbó de nuevo en el suelo y me observó. Yo me acerqué a ella con paso tranquilo y me senté a su lado, para después comenzar a acariciarle el lomo y hacer que se tranquilizara.
Era un animal, pero sentía como siento yo las emociones. No le gustaba estar en aquél barco pero sabía que era nuestra forma de sobrevivir por ahora. Lo sabía tan bien como yo.

Decidí que en la próxima isla abandonaría ese barco. Ya era hora de comenzar mi propia aventura como pirata por mi cuenta.

Iba en un pequeño bote pesquero que había conseguido rescatar de el ultimo pueblo donde había estado. Seguramente en esa dirección llegaría a longetwon y así partiría al grand line. Ya se había hecho de noche hacia horas, seguramente me faltaría mucho por llegar y ya no tenia mas ganas de seguir remando. En medio de la silenciosa noche nocturna escuche los gritos y cánticos de una bulliciosa fiesta. Odiaba el gentio y los ruidosos, me estaban molestando demasiado. Lo peor de todo, venían en dirección directo a mi. El gran barco no doblo ni dio señas, seguramente me estaban ignorando. Me pare de frente y cuando su barco estuvo a punto de tocar la barca que me había llevado, salte utilizando las tonfas como garrocha y aterrice sobre la cubierta del barco.

-Montón de herbívoros mas vale que cierren la boca-escuche el ruido de la barca siendo partida a la mitad, todos me miraban directamente:no me agradan los ruidosos.

Su barco tenia una bandera negra con una calavera. Eran unos aspirantes a piratas, aunque en lo que a mi parecer eran solo eran una manada de herbívoros. Uno con un gran sombrero que parecía el capitán, dio un paso al frente con una botella en la mano y me grito:

-¿Quien demonios eres imbécil?-se veía bastante molesta, toda la tripulación lo alentaba para darme una paliza general:Te metiste en un barco pirata y los insultas, ¡te aseguro que morirás aquí!-todos vitorean a su capitán y desenvainan sus espadas y me apuntan con sus rifles.

-No me agradan los herbívoros que forman grupos-me coloco en posición de lucha con las tonfas hacia afuera y sonrió sarcásticamente:voy a morderlos hasta la muerte.

Unos cuantos piratas con katanas se abalanzan sobre mi, y con un simple giro de las tonfas los lanzo del barco. Algunos otros me disparan pero fallan.

off:

Tora olisqueó el aire. Había algo que la alertaba. ¿Qué sería? Quizás era el olor a alcohol que inundaba el barco...

Era repugnante. Y más con tantos hombres dando gritos.
Intenté calmarla, pero la tigresa estaba demasiado alterada como para escucharme. Se había levantado y estaba dando vueltas por la habitación, echándole rápidas miradas y leves gruñidos hacia la puerta.

-¿Quien demonios eres imbécil?-se escuchó una voz desde fuera. Era el capitán.-Te metiste en un barco pirata y los insultas, ¡te aseguro que morirás aquí!

Fuera estaba pasando algo. Parecía que habían encontrado a un intruso. Y no muy educado... Pero al menos el intruso no gritaba, así que no podía oír lo que decía. Aunque sí podía escuchar los insultos que los de la tripulación le lanzaban. Y los golpes. Muchos golpes.
Tenía curiosidad ; ¿quién era el intruso? ¿Y por qué estaba ahí? Quería saber cómo sería la pelea... Tenía ganas de ver cómo les daban una paliza a unos borrachuzos.
Pero si descubrían que estaba ahí... Bah, seguro que no se darían cuenta. Estarían demasiado absortos en derrotar al oponente o pegarse entre ellos.

Me acerqué a la puerta y la abrí un poco, no demasiado, pero suficiente para poder ver lo que ocurría fuera.
Un joven estaba dándoles una paliza a los que se le ponían por delante. Nunca antes le había visto en el barco así que ese sería el intruso. Y parecía bastante fuerte... ¿Por qué estaría ahí?

Off-rol:

Aquellos herbívoros se metían en mi camino sin cesar, era bastante molesto estar en un barco plagado de ellos. Tres herbívoros con katanas se abalanzaron sobre mi por mis espaldas, claro que no sin hacer ruido.

-Chat De Danse-gire sobre mi mismo rápidamente y mande a volar con las tonfas a los tres pretendientes a espadachines. Me detuvo un balazo que golpeo una de mis tonfas, esos inútiles rifles ya empezaban a molestarme. Corrí de frente a un grupo de piratas y salte por sobre ellos en dirección a los tiradores:Hirondelle Des Terres-todos sus tiradores cayeron a la vez.

Me di la vuelta y vi que apenas quedaban unas cinco presas y el capitán. Tras un movimiento de cabeza del capitán, los cinco juntos corrieron hacia mi. Corrí enfrente a ellos, justo al medio y los golpee a todos mandándolos a volar fuera del barco.

-Te advertí que los mordería hasta la muerte, ahora solo me quedas tu-mire fijo a los ojos del capitán sin pestañear. El hombre tenia miedo en sus ojos, se notaba asustado.

-¡Maldito!¡¿como le haces eso a mis hombres?!-con sus manos temblorosas desenfundo dos pistolas y me apunto:¡MUE...!-antes que pudiese apretar el gatillo corrí hacia el y le pegue con mi tonfa izquierda con la parte corta en la boca del estomago. Haciéndolo caer de rodillas, sin aire y escupiendo sangre.

-Te dije que no me gustaban los ruidosos-le pegue con mi tonfa derecha en la garganta lanzando lo al agua. Mire a mi alrededor, el barco estaba intacto. Había comida y bebida en enormes cantidades. Guarde mis tonfas, tras mi chaqueta:-Tampoco me agradan los herbívoros que se esconden-dije caminando hacia la mesa central y tomando una jarra de cerveza y una chuleta de cerdo.

Vaya.... Era realmente impresionante cómo los había derrotado con facilidad. No me equivoqué al suponer que era fuerte.
Usaba una extraña palabra para referirse a las personas. Las llamaba "herbívoros". ¿Por qué? Bueno, en cualquier caso no era de mi incumbencia.
Decidí que estaría bien salir y saber qué quería del lugar. Quizás había venido a robar el barco, a saquearlo o por simple aburrimiento. Quién sabe.
Ahora que lo pensaba... ¿Yo no quería una tripulación? Nadie dijo que necesitaba una tripulación en la cual confiar ni llamar "amigos", eran, simplemente, unas personas con las que surcar los mares. No necesitaba confianza, pero vendría bien comenzar con alguien mínimamente fuerte. Como el intruso que acababa de derrotar a toda la tripulación.

Empujé la puerta con suavidad, ignorando el suave gruñido de advertencia que me lanzó Tora y salí del camarote.
-Vaya... Ellos eran los que me llevarían a la próxima isla ¿sabes?-suspiré, acercándome a él. No sabía qué intenciones tenía, pero si me atacaba yo estaba preparada para defenderme.

La chuleta esta buena, aun estaba caliente y era bastante jugosa como me gusta la carne. La cerveza estaba bien fría, aunque era un poco suave para mi gusto. Pero que podía esperar de los gustos de un montón de herbívoros. La puerta se abrió y una hermosa chica salio de por ella, atrás de ella conseguí notar la presencia de una feroz bestia, ahora en el silencio podía oír claramente sus gruñidos.

-Dile a tu mascota que no me gustan los ruidosos-le di otro mordisco a la chuleta y me senté en el suelo:-Pero no tengo ninguna intención de lastimar la-tome un sorbo de cerveza:Ni tampoco a su ama-me senté en el suelo. El barco avanzaba hacia a buena velocidad, aunque no sabia a donde.

-¿Te llevarían como su esclava?-le dije en tono irónico:Eres la única mujer abordo seguro pretendían aprovecharse de ti-tome otro sorbo de cerveza terminando me la jarra que había tomado:No entiendo el sentido de los herbívoros de unirse entre si, y menos con gente así.

Alargue el brazo y tome otra jarra de cerveza. Luego de la pelea había perdido la orientación, pero seguro no iba a longtwon. Al menos ahora contaba con un barco para navegar por mi cuenta, sin tener que andar tomando pequeñas barcas.

-Coman un poco les hará bien.

Le observé cuidadosamente. No parecía tener malas intenciones.

-No es mi mascota.-le aclaré en un tono de voz calmado.
Tora se acercó al joven, manteniendo una distancia. Había dejado de gruñir, pero no confiaba del todo en él. Al fin y al cabo acababa de arrasar con una tripulación entera él solito.

Esbocé una media sonrisa con suficiencia ante su comentario.
-¿Esclava? Más les hubiera gustado tenerme retenida. Sólo estaba escondida, esperando llegar a alguna isla y deshacerme de esos piratas. Aunque te acabas de encargar tú.-estiré los brazos y los coloqué tras la nuca, algo más relajada. No parecía un mal chico, así que no habría problema si mostraba una actitud más... confiada, supongo.
-Aunque tuvieran sucios pensamientos contra mi no me habrían conseguido.-volví a esbozar una media sonrisa de superioridad.-Por cierto... ¿Por qué has atacado este barco?

Tora se acercó a la comida y comenzó a comerse la carne. Realmente estaba hambrienta. Yo tomé una simple copa de vino. No quería emborracharme demasiado, así que no tomaría mucho.

Luego de terminar mi tercera chuleta de cerdo, mire sobre la mesa. Aun queda mucha mas carne, y frutas. Decidí terminar mi segunda jarra de cerveza. Una enorme tigresa se me acerco de a poco, se notaba desconfianza en su mirada. Le sonreí a la tigresa y le dije:

-Discúlpame por haberte llamado "mascota"-tome un sorbo mas de cerveza. El pelo de la tigresa era sumamente brillante, ella si era u verdadero carnívoro.

La chica se estaba relajando de a poco. Me había dado cuenta desde que supe que me observaba pelear que no pertenecía a su tripulación. Si fuese una herbívora como los otros, tambien habría luchado conmigo. Pero se había mantenido oculta observando. Por lo que decía tampoco tenia idea de a donde iba, sus palabras daban a entender que cualquier lugar le vendría bien. La enorme tigresa empezó a devorar las chuletas de cerdo restantes, parecía hambrienta. Pobre animal hacia cuanto que no comía. La chica tomo una copa de vino y empezó a tomarla suavemente. Acabe mi jarra de cerveza mientras escuchaba decir a la chica de que se encargaría de ellos por segunda vez. Le sonreí irónicamente.

-¿Estas segura que te encargarías de ellos?¿o le pedirías a tu amiga que lo hiciese por ti?-la chica en si no se veía muy fuerte. Pero si podía controlar a la hermosa bestia, la cosa seria totalmente diferente. Lo pensé un poco mejor, seguramente ambas combinaban belleza y poder, pero me guarde este pensamiento.

-No lo ataque-estire el brazo y tome uno nueva jarra de cerveza:Le demostré que no deben de meterse con mis cosas-tome un largo sorbo:ellos destruyeron la barca en la que me dirija a longtwon. Ahora no se a donde voy-bostece antes de beber otro sorbo de cerveza:¿Y tu herbívora a donde pretendías ir?

Tora le soltó un bufido ante su disculpa y continuó devorando lo que había en la mesa. No parecía darle demasiada importancia al chico desde que descubrió la comida.

Entonces el joven habló, en un tono de burla que no me gustó en absoluto.
-Puedo defenderme yo sola.-contesté, de forma fría. Su comentario me había ofendido. ¿Qué se creía que era yo? Soy suficientemente fuerte como para derrotarles sin la ayuda de Tora... O... Al menos para defenderme de ellos.
Cogí una chuleta de cerdo y empecé a comerla. Estaba realmente deliciosa. ¿Cuánto hacía que no comía algo tan rico? Probablemente jamás había probado una carne de esa calidad. Desde siempre me había conformado con poco y saborear una carne así... Para mi era un lujo que jamás habría podido conseguir sin robarlo.

-Oh, ya veo... Bueno, ahora este barco es tuyo ¿no? Puedes ir a donde te dé la gana.-comenté. Le di un sorbo al vino antes de contestar.- No lo sé. Sólo quiero ver lugares y conocer mundo, así que no me importa mucho a dónde ir.

Continué comiendo con tranquilidad y saboreando la carne. El mar estaba en calma y la brisa nocturna era agradable, no muy fuerte pero tampoco demasiado tranquila como para hacer que el barco se parase.
Hoy era una espléndida noche.

La hermosa tigresa parecía haberme aceptado mis disculpas. Pero la chica por el contrario se enojo conmigo al decirle lo que pensé. Aunque su respuesta probablemente fue mas por orgullo que por convicción. No importaba de todas formas yo ya lo había hecho por ella. La joven se puso a comer una chuleta, tambien demostró un hambre atroz. Probablemente si no hubiese llegado habrían seguido aguantándose el hambre durante quien sabe tanto tiempo. Las había salvado a ambas en mas de un sentido. Pero eso no importaba, pues ahora podría ir libre a donde quisiera. No me preocupe demasiado, en la próxima isla que parece averiguaría el camino a longtown. Tome un sobo mas de cerveza, tenia que averiguar si había algún método refrigerante a bordo o si no me las tendría que tomar antes de que se les fuera el frió.

-No me importa si vienes o no en el barco-la mire y bostece: siempre y cuando sepas cuidarte sola, pues te aseguro que no cuidare de ti-por mas que fuese una hermosa dama. No podía dejar que me obstruyera el camino. Igualmente en mi presencia no correrían ningún riesgo: me iré a dormir estoy cansando-me volteo y enfilo hacia donde parecen estar los camarotes. Antes de entra por una puerta me volteo:no hagan ruido, tengo sueño muy delicado y odio que me despierten.

Camine por el pasillo hacia los camarotes, mi presentimiento había sido correcto. Encontré uno con una mullida cama, seguro era el del capitán, me acosté con los brazos tras la cabeza. "Ni siquiera se el nombre de la bella herbívora, cuando despierte me presentare. Después de todo es incomodo no saber como dirigirse a alguien". A los pocos minutos ya estaba durmiendo.

El chico había estado bastante tiempo bostezando, así que supuse que estaría cansado. ¿Por cuánto tiempo habría estado navegando sin comer ni dormir?
Le dio un sorbo a su cerveza, ¿cuántas se habría tomado ya? Si continuaba así iba a estar tan borracho como los otros o puede que más...

-No te preocupes por mi. Pude sobrevivir sin que se dieran cuenta de mi presencia.-terminé mi copa de vino. Eché agua en un plato hondo y lo puse en el suelo, cerca de la fiel tigresa albina que continuaba comiendo.-Vale. Te despertaré si ocurre algo importante.

Observé cómo el chico se iba hacia los camarotes y le seguí con la mirada. Después de terminar de comer me tumbé en la cubierta y contemplé el cielo. Era una noche estrellada y hermosa.
Noté cómo Tora se tumbaba al lado mía. Le acaricié el lomo con suavidad mientras ella entrecerraba los ojos.
Continué contemplando las estrellas mientras mis ojos comenzaban a cerrarse. Estaba siendo vencida por el sueño.

Off-rol:

El barco apenas se mecía con la tormenta, haciendo de mi sueño algo sumamente agradable. Pude recupera todo mi sueño atrasado sin problemas. Ni la chica ni la tigresa me habían hecho ningún ruido. Parecían que en realidad sabían pasar desapercibidas. Me levante completamente descansado, al salir a cubierta una brisa fría me acaricio la cara, parecía que el frió de la noche aun no se había marchado. El sol era cálido, aunque los rayos de sol golpearon en mis ojos molestamente un poco, que lastima no podía destruir el sol. Mire hacia un lado y vi a la hermosa tigresa blanca y a la chica dormidas en la cubierta. También deberían estar cansadas, busque una jarra de cerveza y me la empece a tomar como desayuno recostando contra la borda. De a poco empece a ver la forma de una isla lejos. Bien al fin podría tomar un rumbo fijo hacia mi meta. Espere tranquilamente si tenia algo de suerte podría morder algunos herbívoros en la isla.

La luz del sol empezó a molestarme y abrí los ojos lentamente. ¿Cuándo me había quedado dormida? No sabía cuándo exactamente. Sólo recordaba la hermosura del cielo estrellado de la noche anterior.
Usé mi brazo para protegerme un poco del sol y observé un bonito cielo azul despejado, con alguna que otra nube blanca y esponjosa vagando por él.
Me incorporé un poco y observé la cubierta del barco, desorientada. Me asusté unos segundos pensando que la tripulación me cogería, pero enseguida los recuerdos de la pelea nocturna y el intruso llegaron a mi cabeza.
Le busqué con la mirada y le encontré tomando una cerveza tranquilamente mientras miraba algo en el horizonte.
Me acerqué a él sin despertar a Tora.
-Buenos días.-saludé, situándome a su lado. Entonces vi la isla. Vaya... Ahí parecía que se acabaría. Dije que empezaría mi nueva aventura de cero pero... ahora que no corría peligro en el barco ¿debería irme y empezar por mi cuenta?

En la isla que estaba cada vez mas cerca se podría ver un selva. Por un momento me pregunte si había un ciudad o un pueblo en esa isla. Tome un sorbo a mi cerveza, que bueno que el frió nocturno la habían mantenido casi tan fría como anoche. Sentí un ruido detrás de mi y vi a la chica parada a mi lado. Sin apartar mi vista de la isla que cada vez estaba mas cerca le respondí:

-Buenos días-bebí otro sorbo pensando en que a posibilidad de no encontrar un rumbo en esta isla:¿como dormiste?-no era que me importase, pero por un momento sentí algo de empatia por la soledad de esa chica:a propósito mi nombre es Hibary Kyoka, creo que seria no hará mal que lo sepas mientras viajes conmigo-seguí mirando la isla. Me pregunto cuando podría llegar al grand line.

Termine mi cerveza y deje la jarra sobre la cubierta. Mire si aun queda mas, y fue muy grato ver que parecía aun quedar barriles de cerveza. Al menos por la bebida no tendría problemas, mas tarde buscaría que comida tenia a bordo del barco para saber que provisiones necesitaría.

Me apoyé en la baranda y observé la isla. Tenía ganas de desembarcar y explorar la isla. ¿Qué habría en ella?

-Eh...Bien...-la pregunta me sorprendió un poco. Para ser sincera, nadie se había preocupado por mi jamás ni mucho menos me habían hecho esas preguntas. Pero no me ilusioné. Seguramente lo habría hecho por educación o por aburrimiento.-Yo soy Evangeline Nakae. Un... placer, supongo.-no sabía qué decir en esa ocasión. Me quedé mirando el mar un rato más. Eran tan tranquilo y apacible. Se podía decir que incluso hipnótico.
Faltaba poco para que pudiéramos desembarcar en la isla.

Sonreí al escucharla, parecía algo extrañada y a decir verdad yo mismo me extrañe de la pregunta que había hecho. Pero ser amable con una mujer no era algo malo después de todo. El barco estaba a solo unos metros de la isla. Me di la vuelta y empece a caminar con las manos en los bolsillos, tome una jarra de cerveza, y seguí caminando con la otra mano en el bolsillo. Camine hacia el pasillo, me y dije:

-iré a cerciorarme como estamos de alimentos-digo y empiezo a caminar por dentro del barco.

Voy entrando por todas las puertas que veo, la mayoría son camarotes. Encuentro el baño y una sala con juegos. Caminando llego a la cocina, esta bastante desordenada, parece que no habían limpiado luego de preparar la cena de anoche. Igualmente revise los anaqueles y encontré comida suficiente para una semana para los tres. Seguramente ya estaríamos por llegar a la isla. Volví a cubierta y efectivamente ya podríamos anclar y bajar a la isla. Tire el ancla y salte del bote cayendo de pie en un puerto de piedra natural. Mire hacia arriba y dije:

-No tienes que quedarte a cuidar el barco. Ahora ese barco me pertenece y si alguien se atreve a tocarlo lo mordere hasta la muerte-me volteo y empiezo a adentrarme en la isla con las manos en los bolsillos.

off-rol:

El chico sonrió y yo simplemente continué observando cómo la isla se hacía cada vez más grande. Tenía ganas de explorarla.
Hibari se fue hacia las habitaciones mientras que Tora se levantaba y se desperezaba, para después acercarse a mi y observar la isla también.
Me encantaba esta tigresa.

Hibari volvió después de un rato, echó el ancla y desembarcó en la isla. Me dijo que podía no quedarme en el barco ya que ahora le pertenecía. Se me ocurrieron un par de reproches dado que yo había estado en aquél barco antes que él, pero decidí no discutirlo por el momento.
Bajé de un salto y aterricé en la tierra, y seguida de Tora corrí a situarme al lado del joven.

-Me gustaría ir contigo... Si no te molesta.