Alex y Roxas {rol pasado} {priv. Roxas} -Un nuevo amigo-

El viaje a Syrup fue bastante tranquilo, no tuvimos ningún problema con otras personas y debido a la calma del mar y a las corrientes de aire que llegaban a la vela mayor, pudimos llegar rápida y cómodamente a nuestro destino. La isla no era muy grande, y no parece haber indicios de peleas en ningún lugar, así que no debía preocuparme...

Tenía todo el tiempo del mundo para visitar la zona, así que antes de ello, decidí entrar en un restaurante cercano al lugar en el que me encontraba actualmente, tenía hambre, pero no demasiada, así que solamente pedí una ensalada bastante popular en esta isla, y comencé a comer.

Al poco rato entró un tipo con gorra al local, me llamó bastante la atención, no parecía ser mucho mayor que yo, podría beneficiarme de ello, mi primera víctima del hurto, ya que no tenía ntención alguna de llegar a la violencia, al menos el primer día. Terminé de comer y esperé a que el chico hiciera lo mismo, para así seguirle hasta un lugar sin gente, o con mucha gente mejor dicho, para quitarle lo que quisiera que llevara en aquel momento...

Una vez el tipo terminó de comer salió del restaurante como si nada, aunque si que parecía haberse dado cuenta de que le estaba observando, pero eso era lo de menos en este momento, se hubiera percatado de mi presencia o no, yo ya tenía claro que iba a aprovecharme de él de una forma u otra...

No tardó en dirigirse a la playa nada más anochecer, así que, como buena persona que soy, me dirigí hacia donde se encontraba, no muy lejos, para así poder presentarme. En cuanto coja confianza, ¡zas!, cosa que le quito y cosa que me quedo...

-Roxas, un placer, antes te vi en el restaurante, aunque nose si tú me viste a mi. - Le comenté al chico estrechándole la mano y esbozándo una amplia sonrisa, esperando una respuesta apropiada para un niño de mi edad, y como no, agradable.

Me senté al lado de Alex mirando cara al mar, no parecía mal tipo, pero no debía olvidarme el motivo por el que comencé a seguirle, aunque bueno, dejándo esto a un lado por el momento, intentaría hacer un amigo.

-¿Que te trajo a esta isla? - Le pregunté mientras me tumbaba en la arena para mirar el cielo en lugar del mar, era bonito contemplar las estrellas...

Curiosamente, me empezaba a entrar el sueño, no hacía frío y la arena estaba blandita, si me dormía aquí seguramente me despertaría con la cabeza llena de arena, pero no me importaba demasiado, la llave espada práctiamente estaba pegada a mi cuerpo, no la soltaba nunca, y actualmente no tenía nada que pudiera interesar quitarme.