Ataque del dúo pirata.

Hacía días que me había enterado que mi reciente nakama Shikamaru había ascendido a sargento y se había ido con su propia división al Grand Line.

-¿Qué estará haciendo ese vago?.- decía para mi mismo mientras me tomaba un helado en una pequeña taberna al lado del puerto. -No me puedo creer que lo hayan nombrado sargento, si era más vago incluso que yo ...

Cuando termine de comerme el helado me dirigí a la camarera y le puse unos cuantos berries en la mesa.

-Quédate el cambio.- le dije, a lo que me respondió con un gracias.

Salí de la taberna con la manos en la nuca y caminando con lentitud, hacía mucho sol y se estaba realmente bien fuera.

Estuve caminando por todo el puerto, haciendo la patrulla que me habían asignado.

Mientras caminaba por el puerto pude ver a lo lejos una agrupación de gente gritando y lanzando vítores.

-¡Ala! A lo mejor hay un espectáculo o algo.- exclame y salí corriendo hacía allí.

Había mucha gente así que no podía ver, me abrí paso como pude hasta estar en primera fila y lo que vi fue algo muy diferente a la clase de espectáculo que yo esperaba. Era una pelea, había un tipo alto con un gran tupe y una katana de madera que le pisaba la cabeza a otro que estaba tirado en el suelo, el del tupe y las ropas retro parecía haber sido el vencedor.

-¡Eh! Aléjate de el.- le ordene dando un par de pasos hacia delante y dejando ver la insignia de la marina que tenía bordada en la camisa.

-¡Oh! vaya, así que aquí tenemos a un marine ... ¿No sabes quien soy yo? Soy el jefe de este barrio así que vete o te pasara lo mismo que a este desgraciado.- miro al tipo que tenía en el suelo.

Puse mi katana en alto sin desvainarla de su funda.

Cuando vio mi reto puso su katana de madera encima de su cabeza y hizo un tajo hacía abajo.

-Vas a ver el poder de mi Suiryoku Samurai.- me sitúe debajo de el, después lance una potente estocada hacia arriba para noquear al enemigo.


El tipo del tupe callo al suelo inconsciente.

-¡Venga disolveros!.- ordene.

La gente se fue hiendo poco a poco. Le tendí la mano al muchacho al que el tipo del tupe tenía la cabeza aplastada con su pié.

-El fuerte se alimentará del débil... Eso no quiere decir que el débil deba rendirse ante el fuerte.- dije con una amplia sonrisa esperando a que aceptase mi mano.

El chico me dio la mano y le ayude a levantarse.

-Muchas gracias.- se inclino un poco.

-Jeje, no ha sido nada.- cuando le dije esto se fue. -Bien tu, tío hortera.- le dije al del tupe dandole con el píe a ver si estaba consciente pero no respondía ... -Lo siento, no quería darte tan fuerte jeje.- como seguía sin responder me fui.

El resto de la patrulla fue muy aburrido ... cuando termino mi turno casi a las seis de la tarde me fui a la base. Subí la gran calle principal donde se agrupaban diferentes tiendas, bares, etc ... Un pequeño puesto me llamo la atención, era un puesto de fruta.

-¡Ala! Que pinta tiene esa manzana.- la baba se me caía, la cogí y le di unos berries a la anciana vendedora.

-Gracias joven, vuelve cuando quieras.- dijo con su débil voz.

-¡Descuida abuela!.- le dije ya un poco lejos del puesto mientras le metía unos bocados a la manzana que estaba realmente buena.

No tarde mucho en llegar, salude a los dos marines que había haciendo guardia en la entrada y entre esta vez con más prisa hacía mi habitación.

Cuando llegue deje mi katana en un lado y me tumbe un rato en la cama para descansar. Poco a poco cerré los ojos y me quede dormido.

Contemplé la isla que se estaba formando a lo lejos y suspiré. De nuevo en shells town, supongo. Ya había estado antes y había tenido un encuentro con varios marines y otros piratas a los cuales esperaba no encontrarme de nuevo, ya que no me gustaba encontrar caras que pudieran reconocerme. Me apoyé en la baranda del barco. ¿Por qué estaba allí? Hibari quería saber información de los yonkou, aunque no tenía idea de porqué los buscaba. Y no estaba segura de preguntarle, ya que si era un tema delicado podría enfadarse. Aún así estaría bien si le hablaba y confirmaba lo que haríamos allí. Me volví hacia Hibari.

-¿Buscas información de los Yonkou verdad?-le dije, sólo para aclarar qué era lo que buscábamos. No sabía porqué iba a conseguir lo que él quería, pero así estaba entretenida por un tiempo. Quizás el motivo era mi propia diversión ¿no?

Desembarcamos en la isla, eché el ancla y salté del barco. Había empezado a atardecer y el cielo presentaba unos bonitos tonos anaranjados y rojizos, como si estuviera envuelto en llamas.
Tora saltó a mi lado y mi vista se centró en la enorme base marine que se alzaba en la isla.

Habiamos tardado poco en llegar a Shelltown, el viento a favor nos había echado una gran mano. Mire por la borda y pude ver como la base de la marina se alzaba ante mi, en ese lugar conseguiría algo de lo que necesitaba. Bostece y tome una de las botellas de cerveza de la tripulación anterior y me puse a beberla antes de llegar al puerto. Note como Evangeline se volteaba y me hablaba:

-Necesito información de los Yonkou-bebí un largo sorbo de mi cerveza: Paradero, habilidades, tripulación...aunque con solo el paradero me basta-sonreí y bebí otro sorbo, sonriendo dije en voz baja: Voy a matar a todos los Yonkou

Ayude a Evangeline a soltar anclas y a amarrar el barco. Si uno solo de esos marines se atrevía a tocar mi baro lo mataría sin remordimientos. Empece a caminar con las manos en los bolsillos por la calle principal de la ciudad rumbo a la base. Me di la vuelta y mire a Evangeline.

-Ten cuidado de no meterte en problemas herbívora-le di nuevamente la espalda y retome mi marcha: Pues estaré ocupado y no podre salvarte.

Dicho esto emprendí mi camino hacia la base. Me preguntaba a cuantos herbívoros mordería hasta la muerte hoy.

Me levante con un largo bostezo, levante la manos y las estire, rumie un par de veces y me asome por la pequeña ventana de mi dormitorio.

-¡Vaya ya es tan tarde!.- cogí mi espada que estaba apoyada en la pared y salí corriendo, de las prisas no cerré la puerta de la habitación.

Salí fuera de la base, y me dirigí por la calle principal hasta el puerto, donde tenía que hacer mi segundo turno del día, estaba ya casi abajo del todo cuando por el rabillo de ojo vi algo que llamo mi atención.

Era un enorme gato blanco, un tigre para ser más exactos.

-¡Ala! Que guapada, me suenas muchos, ¿Nos conocemos gatito?.- estaba rodillado y tocandole con el dedo la mejilla.

Mire arriba y vi a una un chico que daba algo de miedo y una chica de pelo rosa. -Pelo rosa mmm.- dije en voz baja -¡Anda! ¡Pero si yo te conozco! Eres la chica que me iba a vender al gato.- exclame señalando a la chica pelirrosa sin levantarme.

Ya sabía lo que tenía que buscar. Hibari se volvió hacia mi y de nuevo me dijo que no me metiera en problemas. Su actitud me molestaba ¿quién se creía que era? Sé cuidar de mi misma y no necesitaba su ayuda. Mucho menos la suya.
Observé a mi alrededor y centré mi objetivo : tenía que infiltrarme en la base y conseguir la información de una forma u otra. No sería demasiado difícil.
Iba a empezar a caminar pero entonces un chico comenzó a acariciar a Tora. Le eché un pequeño vistazo... Maldita sea. Era uno de los marines que me había encontrado en mi anterior visita. Y seguía interesado en Tora... ¿cómo me lo iba a quitar de encima? A Tora no parecían molestarle sus caricias.
Escuché sus palabras y contesté.
-¿Vender? Nunca dije que estuviera a la venta.

Mientras caminaba escuche voces a mis espaldas, me voltee a observar que ocurría aquí. Puede ver a un joven acariciando a Tora, no recordaba que la tigresa se dejara acariciar por cualquiera. Mire a Tora directo a los ojos, esta me miro y se me acerco alejándose del intruso.

-Niño te lo pediré de buenas maneras que te largues-le dije con voz baja y tranquila. Me voltee y seguí caminando sin mirar al niño, con la misma voz serena le dije: No quiero matar a mas herbívoros de los necesarios.

Seguí mi camino rumbo a la base a la espera de los marines para empezar a morderlos a todos hasta la muerte.

-¡¿Eh?! ¿Que no me la vendes? Pero ... mira.- me metí la mano en los bolsillos y saque unos cuantos billetes. -Te doy  ... Emm , 1, 2, 3 ... 4 mil berries, es un buen trato.- dije teniéndole el dinero.

El tipo siniestro me miro y me dijo que no quería que me fuese y que no quería matar a más come lechugas.

-¿Matar? ¡Que sepas que soy un marine! Ademas, no me gustan las verduras.- dije muy serio, sin saber que sonaba un poco estúpido. -Y no se que tienes en contra de los vegetarianos pero si haces algo ilegal tendré que meterte entre rejas.- le dije intentando mostrar seriedad.

Hibari le contestó de mala manera, y además Tora se deshizo del chico y fue al lado de Hibari. Me alegraba ver que se llevaban bien. Creo que su personalidad de fiera encajaba bien con el chico.
Por su parte, el marine no parecía darse por vencido con la compra de la tigresa.
-Ya he dicho que no está en venta. Es ella la que elije con quién irse.-contesté fríamente. Jamás vendería a Tora como me iban vendiendo a mi de esclava.
Aunque el joven marine se había vuelto para contestar a Hibari, no podría desviarle fácilmente aunque me convirtiera en gato en ese momento, así que tenía que despistarle para poder infiltrarme en la base sin problemas y conseguir la información.
Ya que Tora parecía querer irse con Hibari a donde quiera que éste fuera, yo tenía más libertad de movimiento porque aunque la apreciara mucho llamaba demasiado la atención, y en ese momento no podía permitírmelo.
Así que intenté alejarme del marine, y comencé a caminar para internarme entre las calles de la ciudad.

El mocoso estaba diciendo que era un marine...no quería matar a un niño, pero si no me dejaba otra opción. Me voltee y pude ver como Evangeline se alejaba caminando por una calle. Mire al chico que decia ser un marine.

-Si lo que dices es verdad-saque las tonfas y me puse en posición de ataque: voy a morderte hasta la muerte.

Si el chico no mentía iba a tener que matarlo para sacarle información. Aunque de todos formas por hacerme perder mi tiempo ya debería de dale una paliza. Esto era una pelea segura. No tenia escapatoria.

El chico que odiaba a los vegetarianos se puso bastante amenazante.

-¡¿Qué me vas a morder hasta la muerte?! ¡ERES UN CANÍBAL!.- grite con el torso echado hacía atrás señalándolo con el dedo y con una cara de susto increíble.

Luego mire a la chica pelirrosa para ver que tenía que decir pero no estaba. Gire la cabeza a todos los lados.

-Se ha ido ... Y se ha dejado al gato aquí, ¡Entonces me lo ha regalado! jajajajaja.- pero calle de pronto al ver de nuevo al chico, que miedo daba joder, y no parecía estar de broma. -Me encantaría darte una lección para que dejases de comer gente pero sabes, tengo cosas que hacer, y también ... eh ... bueno, ¿Te invito a comer y hablamos tranquilamente? Conozco un buen asador.- puse una sonrisa mezclada con miedo, mucho miedo.

Oí un grito proveniente del marine, asustado y quizás indignado por lo que probablemente le habría dicho Hibari. Pero yo ya estaba lejos de ellos y continué internándome en las calles, en dirección a la base marine.
Información sobre los Yonkou... Ese era mi objetivo principal. Cualquier información podría servir si se trataba de ellos ¿no?
Caminé hasta la entrada de la enorme base, por suerte nadie se fijaba en mí. Era fácil pasar desapercibida, pero era más fácil si me convertía en un simple gato. Así que en un abrir y cerrar de ojos mi cuerpo se convirtió en el de un pequeño felino negro azabache con las puntas de las orejas rosadas y sin hacer ruido intenté colarme en la enorme base pero alguien me detuvo.
-Eh, gatito, no puedes entrar aquí.-el marine vigilante me cogió y me llevó a las afueras de la base. Le maullé, quizás así podría conseguir algo.
-Lo siento, pero no se permiten animales callejeros. Tendrías que ser la mascota de algún marine para poder pasar.-incluso si podía verse extraño que le hablara a un simple animal que se suponía que no entendía los lenguajes humanos, para mí era muy interesante saber esa información. A veces se agradecía que las personas confiaran más en los animales que en los propios seres de su especie. Aún transformada en gato, volví al lugar donde había visto por última vez a Hibari y al joven marine, quizás el insistente comprador de tigres me podía servir de algo.

El niño imbécil no dejaba de decir estupideces. Con lo cual me daba otra razón para matarlo. Empece a caminar hacia el, no iba a gastar mas palabras en un miserable marine. Ademas de seguro no sabría nada acerca de los Yonkou. Este tipo no tenia ninguna utilidad. Iba a destruirle completamente el cráneo y luego seguiría con mi camino. A mi lado Tora mira al chico y se lamia la pata y se acicalaba los bigotes. Parecía que ahora ni la tigresa le prestaba mas atención. Levante mi tonfa en alto para partir le la cabeza en dos.

El chico daba cada vez más miedo y parecía no tenerle miedo a las consecuencias de asesinar a un marine.

-Ya veo.- desenfunde mi katana, sabiendo que no se detendría, como marine debía afrontar y luchar, no podía dejar que alguien tan peligroso como el andase por hay matando gente y mordiendola.

Levante un palo, una tonfa mejor dicho y la precepito sobre mi cabeza, me eche atrás y la esquive por suerte.

-Con esos movimientos no creo que vaya a poder hacer nada jeje ... .- dije con una leve sonrisa.

Con mi katana al lado de la cintura me dirigí a el para cortarle el estomago.

Observé la pelea. Maldita sea... El plan que había ideado quedaba cancelado, así no podría conseguir internarme en la base. Volví a mi forma humana y desenvainé la katana. Con un rápido movimiento paré la katana del marine y el sonido de las espadas chocando inundó mis oídos.
-Hibari, no deberías atacar a críos.-le dije a la vez que enfrentaba la katana del chico.
Esto iba a ser una molestia... Al menos no me había visto en mi forma felina y aún podía conseguir mi objetivo si es que al joven marine le gustaban los gatos. Pero si eso no funcionaba tendría que buscarme otra forma de entrar en la base, y no quería montar un gran escándalo como planeaba Hibari. Aunque si... Sonreí sin darme cuenta. Ya tenía varios planes alternativos si el primero fallaba.

El estúpido herbívoro se había atrevido a atacarme. Ahora le enseñaría con quien se había metido. Cuando la espada del herbívoro enano se dirigía a mi Evangeline la detuvo. Como se atrevía a entrometerse en mi pelea, mire al patético enano. Sin dirigir les la palabra me di la vuelta y me dirigí a la base. No podía perder mas tiempo en trivialidades.

Empece a caminar lentamente con las manos en los bolsillos. La diversión no demoro en aparecer un puñado de unos diez marines bajaban por la avenida principal. Parecía que estaban haciendo una recorrida de rutina. Seria bueno para entrar en calor golpear a ese montón de herbívoros. Me pare de frente a ellos cortando les el paso, el marine que iba adelante me grito:

-Hey!!!¿Que te piensas que haces? ¿Quien eres?

-Voy a morderlos hasta la muerte-sonreí y saque mis tonfas.

Me lance sobre ellos golpeándolos a todos con mis tonfas, algunos desenvainaron sus espadas y nos trenzamos en combate.

Cuando fui a cortar al chico caníbal algo se interpuso entre mi acero y su carne, era la chica pelirrosa que había desaparecido momentos antes estaba con una katana parando la mía. Deje de hacer fuerza y eche un par de pasos hacía atrás.

Me dí cuenta de que el caníbal había empezado a caminar hacía arriba y se paro enfrente de un grupo que estaba de patrulla, este saco dos tonfas y fue a atacarles.

Me intente escabullir de la chica y salí corriendo hacía el, no iba a dejar que dañase a los demás.

-¡Detente!.- grite mientras corría con la espada en la mano, listo para atacarle.

Salte y lance un tajo en vertical hacía su espalda.

Noté cómo Hibari se alejó hacia la base. La verdad era que esperaba al menos una palabra, sabía que no me lo agradecería ni mucho menos pero ¿ni aunque estuviera molesto? Decidí no seguir pensando el tema y miré al marine, que había disminuido la presión de la espada y poco a poco se alejó. Bajé un poco la katana, intentando adivinar su próximo movimiento.
Su objetivo era Hibari desde el principio y con el ruido que estaba montando con unos marines algunas calles más arriba, dejé que el marine fuera a por él.
El primer plan quedaba descartado, pero el segundo aún no. Tenía que conseguir esa información de una vez pero llevaría un tiempo que Hibari centrara la atención de la mayoría de los marines para que la base se despejara un poco.
Observé la escena que estaba ocurriendo. Los marines habían ido directos hacia Hibari y el chico se había lanzado a por él por su espalda.
Tora se lanzó hacia el joven marine y le derribó antes de que pudiera efectuar su ataque, después le gruñó.

Los marines me atacaban con sus espadas. No tuve ninguna dificultad para evitar todos sus golpes. Se notaba que eran marines de bajo rango, pues sus habilidades eran muy deficientes. Le golpe a dos en la quijada dejándolos tirados. Uno intento apuñalarme el pecho, le desvié la espada con una tonfa y le golpee en medio del estomago lanzan dolo lejos. En ese momento puede ver como el mocoso que acababa de salvar Evangeline me quería atacar por la espalda, pero antes de llegar a mi Tora lo detuvo.

-Gracias-le dije a la tigresa, aunque podía encargarme de el solo, no estaría mal agradecerle a la tigresa que se había preocupado por mi.

Volví a mi lucha contra los marines. Empece a darle tonfazos en la cara y cabeza de los que quedaban de pie haciendo que cayeran al piso la mayoría. Al cabo de un minuto, solo dos marines seguían de pie. Ambos herbívoros se miraron y salieron corriendo hacia la base. Probablemente a avisarle al resto. Esperaba que esto pasara mas adelante, pero que mas daba. Guarde mis tonfas, me puse las manos en los bolsillos y seguí mi camino hacia la base marine. Tora se bajo del mocoso y empezó a caminar a mi lado hacia la base, Evangeline había desaparecido de nuevo y parecía que a la tigresa le caía bien. Le acaricie la cabeza a Tora y seguí mi camino.

Cuando iba a terminar con el chico de las tonfas la tigresa se lanzo sobre mi y aplastándome mientras el otro tipo le daba una paliza a los nuevos reclutas.

-¡Ahh! Venga ya gatito, déjame salir y te doy pescado.- gritaba mientras intentaba sacármela de encima.

El chico había aplastado a todos, menos a dos que aun seguían de pié pero salieron corriendo para avisar al más marines. Justamente después de eso el bicho se aparto de mi y se fue con el chaval caníbal.

-¡GATA MALA!.- le grite y desenvainando mi espada volví a correr detrás del tipo que le había dado una paliza a los nuevos marines. -¡Te vas a enterar por hacerle eso a mis amigos!.

Observé la escena. Perfecto, había conseguido el ambiente que quería. Sólo necesitaba un pequeño empujoncito para que llamaran más aún la atención.
Me alejé del sitio en la que ocurría la pelea y saqué la flauta. Comencé a tocar la melodía para atraer a varios animales. Aún no lo controlaba demasiado pero por suerte no fue un desastre y aparecieron muchísimos perros y gatos. No eran muy feroces pero podrían servir para lo que estaba planeando.
La manada de animales domésticos y callejeros se internaron hacia la base para atacar a los guardias. Volví a usar la flauta y los separé en grupos. Los perros empezaron a ladrar mientras corrían por las calles y algunos gatos también se separaron a la vez que el reducido grupo restante de animales continuaba atacando con fuerza a los guardias.
Guardé la flauta. Ya tenían las órdenes así que no necesitaba más.
Entre todo el caos me convertí en mi forma completa de felino y me interné en la base, esta vez sin problemas. Comencé a caminar por la base silenciosamente, mis patas no hacían ruido gracias a las almohadillas que poseía en éstas.
Oí ruidos y me quedé agazapada detrás de una esquina mientras escuchaba las voces.
-¿Qué ocurre?
-Al parecer hay muchos animales por todas las calles montando un gran escándalo.
-Qué tontería... ¿Los de la patrulla están vagueando o qué? Ni siquiera pueden contener a un montón de animales estúpidos.
Los dos marines se alejaron sin darse cuenta de mi. Por suerte no estaba demasiado iluminado y mi pelaje oscuro se camuflaba perfectamente entre los rincones en sombra.
Ahora sólo necesitaba averiguar dónde guardaban la información de los Yonkou.
Continué caminando por la base, alerta, y olisqueando por si conseguía algo. Esto de ser una gata no estaba nada mal.

Puede ver la base de los marines a lo lejos, pero había algo muy extraño en la ciudad. La mayoría de los perros y gatos corrían hacia una misma dirección. Seguí caminando hacia adelante. pero pude escuchar al niño marine corriendo hacia mi. Tuve que haberlo matado antes, ¿por que Evangeline le había salvado? Tora hizo un gruñido en señal de aviso por el chico. Seguí caminando hacia adelante, cuando el chico estaba lo suficientemente cerca salte hacia atrás y le golpee con un fuerte tonfazo en el cuello. Luego de golpearlo seguí caminando hacia la base. Allí estaba lo que quería.

Algo raro pasaba, perros y gatos empezaron a ir al sitió donde segundos antes estábamos, yo, el chico come gente, la tigresa y la chica del pelo rosado. No me pare a ver que pasaba continué corriendo hacía el chico que había proporcionado una buena paliza a mis compañeros.

Cuando estaba detrás del chico e iba a cortarle con mi katana se giro y me dio un fuerte golpe con sus tonfas. Me caí al suelo sin respiración, solté la espada y apoye mis dos manos en el suelo mientras tosía sin parar.

Cuando se me paso me puse en pié apoyándome en la vaina de mi katana. -¡EH TU! No huyas, ven aquí y termina el trabajo.- le grite preparado para lo que sea.